Todavía coletean por el gimnasio y el patio los últimos fotogramas de nuestra tarde de película.
Mil gracias, compis, por la organización de una tarde de lujo. El pasado viernes tuvimos de todo: tuvimos misterio, intriga, humor, aventura, ciencia ficción, ¿miedo?, comedia, algún drama hubo, seguro, pero nada de asesinatos ni de guerra. Hubo clásicos, hubo musicales, incluso el cielo se nos tiñó de un amenazante blanco y negro, pero respetó nuestra alfombra roja por la que desfiló un batiburrillo de personales de películas de todos los tiempos.
Nada más llegar nos tuvimos que enfrentar a una dura prueba de orientación por abismos, cavernas y colinas de nuestro cole. Tuvimos que localizar seis escondidos emplazamientos, ¡corriendo!, que no era requisito, pero sin duda le daba más emoción.
Me puedo imaginar la cara del que llegara tarde y de pronto se encontrara con grupillos de enérgicos jóvenes corriendo como locos perseguidos por sus sonrientes y abnegados progenitores en pos de la siguiente pista.
Conseguida la prueba y sellado el correspondiente apartado en su carné pudieron acceder a la sala de proyecciones (no sé por qué todo el mundo la llamaba gimnasio) donde más sorpresas les aguardaban en cada esquina.
Nuestros hábiles aventureros tuvieron que recorrer los intrincados senderos de nuestro laberinto colaborativo que resolvieron con pericia con el fin de ayudar a Sarah Williams a despistar al malvado Jareth y rescatar a su pequeño hermano o al gran Harry Potter a alcanzar el cáliz de fuego.
Tuvieron que dilucidar también la película escondida tras su banda sonora animados por nuestra gran “Charlot”.
Y finalmente tuvieron que adivinar qué película trataba de escenificar mediante la mímica algún joven protagonista ayudado ni más ni menos que por Catwoman y su pareja Batman (sé que os estoy dejando de piedra con estas revelaciones, pero es que el asunto va más allá: el fruto de la relación de estos superhéroes es... ¡la mismísima Wonderwoman! ... yo todavía sigo conmocionada con la noticia)
Cuando todos nuestros protagonistas sellaron su carné con todas sus pruebas superadas recogieron su bolsa de palomitas y se dispusieron a disfrutar de una bonita y cuidada selección de cortos de animación. Fue un momento muy agradable y que disfrutamos mucho.
Tras tantas emociones llegó el momento de la despedida. Fue muy agradable descubrir un batallón de manos amigas dispuestas a limpiar, recoger y ayudar.
Muchísimas gracias a todos por vuestra compañía y por hacer esta única y mágica tarde de cine.
¡Hasta pronto!