Menuda mañana intensa que han tenido hoy nuestros chicos y
chicas de quinto. Tenían la excursión al Museo Arqueológico Nacional. Ya
sabéis, una salida para huir del estrés del día a día, para contemplar,
descansar... O eso me pensaba yo, porque, no os imagináis lo que han trabajado
estos chicos...
Algo me temía yo, de la que se estaba preparando, cuando la
semana pasada en grupos interactivos, una de las actividades consistía en un
estudio pormenorizado del plano del museo: cuántas plantas tenía, qué partes
componían cada planta, qué salas trabajarían... En los días que he estado sin
verlos, han seguido trabajando la actividad. Pero es que cuando he llegado esta
mañana a sus clases, me los he encontrado con su portapapeles, de esos rígidos,
para poder escribir, tipo “clipboard”, con su bolígrafo, atado con un cordón
para no perderlo, el plano del museo, las normas bien aprendidas y a la vista,
un cuaderno para investigar de 12 páginas (mitad en castellano, mitad en
inglés) y una excitación y unas ganas de trabajar locas.
En el autocar han ido repasando esa parte de historia sobre
la que iban a trabajar, cosa que hemos agradecido bastante los que ya la
tenemos un poco lejos. Y al llegar al museo, se han colocado por grupos de
trabajo, con un director en cada uno, que es el que se encarga de comprobar que
el equipo está en todo momento completo y, sin demasiado prolegómeno, se han
puesto a trabajar.
Grupitos silenciosos, investigando, analizando cada vitrina
en base a las claves que se les iban planteando en cada ejercicio, anotando,
buscando, moviéndose libre y autónomamente por el museo. Dejándose llevar sólo
por las ganas de seguir buscando y descubriendo más.
Algún despistadillo, en seguida, era reconducido por su
equipo. De vez en cuando se unían un par de grupos para aunar esfuerzos. Era un
pequeño caos ordenado y efectivo. No entro en detalles, pero ha sido una manera
distinta de ver un museo, que les ha implicado, que les ha motivado y que les
ha dejado totalmente agotados y con ganas de más.
Les doy mi más sincera enhorabuena, tienen que estar muy
orgullosos del trabajo y el esfuerzo que han realizado, de lo bien que se han
portado y de todo lo que se llevan en su pequeña maleta.
Como ellos, deseando que llegue la próxima, aunque ahora...
¡A descansar!
¡Hasta pronto!
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