viernes, 14 de diciembre de 2018

Margarita del Mazo visita a los compis de sexto


El martes 6 de noviembre, nuestros estudiantes de sexto recibieron la visita de Margarita del Mazo. Margarita es narradora y escritora pero... dejadme que os la presente a través de sus propias palabras y las de sus entrevistadores de lujo. 

Previamente a la visita de la autora, nuestros jóvenes promesas del periodismo, realizaron una ardua labor de investigación y de documentación con el fin de preparar una entrevista para la misma. Y qué mejor manera de hacerlo que leyendo gran parte de sus libros. Analizaron, pensaron y trabajaron hasta que finalmente se juntaron las dos clases y no estoy segura de si llegaron a preguntar todos, porque el tiempo manda, pero os aseguro que estaban ávidos de respuestas. 

Ella misma se presentaba diciéndonos: 

— Es cierto que vivo del cuento. Vivo del cuento plenamente, no solo porque me da para vivir, sino porque no puedo vivir sin contar. 

Nuestros estudiantes le preguntaron sobre las fuentes de inspiración de casi todos sus libros, por el primero que leyó, por el que más la gustó... Con ella analizaron, interpretaron, imaginaron... 

Y es que, curiosamente, Margarita les indicaba que la estaban provocando muchas reflexiones sobre los personajes de sus historias. Sobre la interpretación que ellos le daban. Les comentó también, para gran regocijo de sus oyentes, que quizá ellos mismos, esa misma clase, en aquel contexto, podrían llegar a ser una fuente de inspiración para alguna nueva historia. 

Margarita no fue capaz de decidir su libro favorito de entre todos los que había leído. Caminamos entre sus recuerdos con Los cinco de Enid Blyton, con Julio Verne, Agatha Christie, J.K. Rowling, Shaun Tan... Se producían murmullos de asentimiento cuando reconocían entre los gustos de la escritora los libros que tan vorazmente habían leído ellos. 

Muchas preguntas iban sobre personajes de sus libros. Nos contó la bonita y graciosa historia de cómo nació el personaje de Don Romualdo y descubrimos y entramos con la autora en el juego del despiste. Nos contaba cómo le gustan los personajes que llevan la contraria al mundo, que son distintos de lo que la gente espera de ellos. 

Le preguntan también por el libro, de entre los que ha escrito, que más la gustaba. 

Nos comenta que esa es una pregunta muy difícil. —Cada uno tiene una historia distinta—. Le tiene mucho cariño al primer libro que escribió: La máscara del León 

— Ese mola— le dicen entusiasmados. 

— ¿Cómo te sientes al saber que hay gente que lee tus libros? 

— Es tremendo, porque además los leen gente de todo el mundo. Por ejemplo, El Rebaño, en el estado de Illinois, forma parte del currículo de los estudiantes de tercer grado. Me hace sentir muy feliz, pero también es una responsabilidad. Nunca pensé que fuera a pasarme esto. Yo fui caminando y las cosas me fueron pasando. Estoy alucinada todavía, es algo increíble, es magia pura. 

Sin embargo, la mayor parte de las cuestiones fueron entorno a su libro Presentes. Es un álbum que aborda de una manera muy directa un tema que llevan trabajando desde hace un tiempo en clase: la violencia machista. Lo hace sutilmente, a pesar de que el mensaje es brutal. Con un lenguaje claro y cargado de simbolismo y de metáforas. Cada palabra, elegida por un motivo y nuestros chicos y chicas con la posibilidad de descubrir con la autora cada una de ellas. 

Una alumna le pregunta sobre lo que lleva la protagonista sobre la cabeza. La autora la contesta: 

— Lo que lleva en la cabeza es una pesada corona—. Nos explicaba como a veces el hecho de que a las mujeres nos miren como si fuéramos reinas, es más un peso que otra cosa. 

Otro compañero le consulta sobre la intención con la que escribió el libro. 

La autora le explica que lo escribió porque cree necesario hablar de algo de lo que deberíamos estar hablando todos los días: 

—Porque está pasando algo que no está bien. Hay poco escrito sobre esto. A mí lo que me preocupa es que no se hable de ello, porque si hablamos de ello y en algún momento de nuestras vidas sufrimos situaciones de este tipo, estaremos más preparados para enfrentarnos a ellas. Eso es lo que yo pretendo con este libro. De hecho, el libro en un principio no acaba bien. Al final hay una esperanza, pero en muchos casos de maltrato las cosas no acaban bien. 

Margarita, animada por las reflexiones, se pregunta: 

— ¿Por qué hay tantas mujeres sufriendo maltrato? ¿Por qué la mujer llega a no quererse tanto, a no quererse nada, como para dejar que otra persona la trate sin respeto? ¿Por qué la mujer no se respeta a sí misma? No hablo ya del momento del machismo en el sentido del golpe, hablo de lo que va haciendo poquito a poco, que una mujer sea vulnerable a eso. Hablo de ese machismo que es el comentario escondido, el lenguaje, los gestos. 

— Y la lluvia al final de la historia— le pregunta un alumno —¿la lluvia simboliza la muerte y la liberación? 

— La lluvia es como un meneo— le responde la autora — es un despertar. Indica que las cosas pueden cambiar. Es que eres tú. Tú estás ahí. Debajo de toda esa capa tras capa que te han puesto, que no te permite hablar, no te permite ver, que no te permite mirarte. Tú estás ahí. Para mí es un resucitar, pero me interesa mucho esa forma tuya de verlo. 

— ¿Y por qué le pinta la cola? 

Cada vez que él vuelve, él la va transformando poco a poco. La palabra “teñir” significa cambiar de aspecto No es una palabra puesta al azar, es que tiene ese significado. Él la va cambiando, y cada vez que la pinta, podría parecer para otros más hermosa, pero sin embargo lo que va haciendo es que la va anulando porque la pintura se queda acartonada y le impide abrir los ojos y ver, abrir las alas y volar. La cola es lo que el pájaro utiliza para tomar una dirección u otra. Es esencial en el vuelo. Al pintar su cola, la anula, evita que vaya en cualquier dirección. Tú te quedas aquí. No hay dirección posible. 

— ¿Cuántos días tardaste en escribirlo? 

— Mucho tiempo. Yo tenía la idea, sabía lo que quería escribir pero tardé más de un año—. En la clase surge una expresión generalizada de asombro. —Hay libros que no salen a la primera y para la historia que yo tenía en la cabeza, tuve que escribir muchas palabras antes de dejarlo en las que tenéis ahí, que son muy poquitas. 

— ¿Por qué el pájaro de Presentes lleva cuerdas? 

Y ahí la autora les plantea un desafío: —¿Por qué creéis que lleva cuerdas?—. Aluvión de manos en alto con multitud de respuestas: 

— Porque lleva las cuerdas para ponérselas a ella. 

— Porque a él le estaban controlando y quiere liberarse de sus cuerdas poniéndoselas a ella. 

— Yo pienso que es porque él como que no es nadie y no controla la rabia y lo que quiere es amargar la vida a la otra. 

— Yo creo que pone las cuerdas a la chica porque ella puede volar y la tienen envidia porque él no puede. 

— Es ese tipo de personas que dice... como yo no puedo, tú tampoco. 

Las reflexiones quedan volando en el aire como los pájaros de su Presentes. Los adultos de la sala nos buscamos con los ojos, tratando de comprobar en la mirada del otro el asentimiento ante la trascendencia de lo que allí se reflexiona, pero ellos ajenos a todo esto, con su sed insaciable de conocer, siguen preguntado... 

— ¿Qué te inspiró a ser autora de libros y no a tener otra profesión? 

— No es que yo hubiera querido ser escritora—. Nos cuenta cómo de hecho ella estudió para ser abogada. —Yo no quería ser escritora, pero ante mí se abrió un mundo que fue el de contar historias. Yo empecé contando cuentos, pero nunca jamás estuvo en mi mente que yo pudiera vivir, como vivo, de algo que me apasiona y que es escribir cuentos y narrarlos. No lo he pretendido, ha llegado, sin querer. 

—¡Buscad vuestra pasión!— Añade entusiasmada. —No dejéis que nunca nadie os diga que algo no es posible. Los sueños hay que perseguirlos, si están ahí, hay que perseguirlos. Si luego no se cumplen... ¿y lo bien que te lo has pasado por el camino? Y si se cumple ¿y lo feliz que eres? Confucio decía: “trabaja en lo que te gusta y no trabajarás jamás”. Yo no tengo sensación de trabajar, a pesar de que acabe agotada, soy muy feliz haciendo lo que hago. 

Y si ya nos tenía cautivados con sus historias, Margarita acabó cautivándonos con su narración. Nos obsequió con la lectura en vivo de su libro Feroz. Las risas casi nos impidieron escuchar la música que indicaba el final de la jornada. 

Los protagonistas: soberbios. Todos y todas. 

La experiencia, de lujo. 

Gracias a las organizadoras que la han hecho posible y por supuesto a Margarita del Mazo por su generosidad, su simpatía sincera y original y por darnos la oportunidad de disfrutar con ella de sus palabras.





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