Dice la Wikipedia que el “hip-hop” “es un movimiento compuesto por una mezcla de formas artísticas originadas dentro de una subcultura marginal en el sur del Bronx y Harlem en la ciudad de Nueva York, entre jóvenes afroamericanos e hispanos durante la década de 1970.” Dice también que “para este grupo de jóvenes ofrece rebelarse en contra de las desigualdades y penurias que se vivían en las áreas urbanas de escasos recursos de Nueva York, así que el “hip-hop” funcionó inicialmente como una forma de auto-expresión que proponía reflexionar, proclamar una alternativa, tratar de desafiar o simplemente evocar el estado de las características de dicho entorno favoreciendo su desarrollo artístico”.
La asociación Voces con el apoyo de fundación Sgae y la gestión de la asociación Suyae han traído a nuestro cole “CONECTAMAD” (www.conectamad.com), desde donde usan el hip-hop, fiel a sus orígenes y adaptándolo a las nuevas necesidades de nuestra sociedad, para transmitir según sus palabras:
“Un mensaje de igualdad, respeto a la diversidad, conciencia y justicia social”, mostrando “opciones artísticas que luchan por un cambio de la conciencia colectiva a través de su arte”
Así éste último trimestre los viernes de 14:45 a 16 Adrián y Julio han estado trabajando con un grupo de nuestros chicos y chicas para lograr tan ambicioso objetivo: 14 niños y niñas de 3º y 4º de primaria están creando un videoclip que quedará como himno del cole.
Por lo que os voy contando entenderéis que este no es un taller de música al uso. Tuve ocasión de compartir un rato con ellos, cuando ya casi estaba concluyendo el trimestre y me encontré un equipo muy cohesionado, y que disfrutaba enormemente de la actividad que estaba realizando.
Era más bien una peña de amigos realizando una actividad común que los llena y los satisface y no me extraña, porque lo que están creando juntos es muy grande.
Tienen a sus asesores técnicos, Adrián y Julio, que les han enseñado a emplear todo el equipo técnico que tienen a su disposición, les orientan sobre los ritmos, la entonación, los tiempos, los versos, el estribillo, las rimas y melodía cómo si entre todos estuvieran construyendo un gran puzle del que lo único que se conoce es el dibujo final puesto que lo han acordado entre todos. En equipo eligieron su idea general y el tema.
Su objetivo, su fin último, es crear un rap sobre la igualdad.
Se fomenta mucho el trabajo en común, se contempla todo lo que cada uno aporta para construir colectivamente y se les hace explícita su importancia, siempre que la ocasión lo recomienda, para que lo tengan como un valor más de los que guían su trabajo.
Pero sus educadores también les ofrecen un espacio en el que poder dialogar, sin ningún tipo de cortapisas, sobre aquello que ellos consideran importante en su vida. Es un espacio de compartir experiencias y de reflexionar críticamente sobre nuestra realidad y además de ofrecer un escenario para el cambio. Si un compañero dice que se siente triste, se para el trabajo y se le escucha, pero no solo eso, es muy probable que su experiencia inspire algún verso.
Y aquí está la otra parte de la magia del taller, para poder conseguir crear en estos términos se realiza un diálogo entre iguales, en el que nadie impone su opinión y criterio, en el que se habla con confianza y libertad de cualquier tema que les surja.
Los monitores son capaces de azuzar la curiosidad de los chavales y darle pábulo de manera que los chicos saben que pueden volar hasta donde quieran, que no hay más límite que el del respeto y el de la igualdad. Sólo desde ahí se puede construir, sabiendo que cualquier idea aportada sirve para seguir creciendo y que sin la colaboración de todos, el proyecto no sale adelante.
Comienzan la sesión con una técnica de relajación. Es una especie de calentamiento para su cuerpo y para sus voces puesto que tienen una dura labor de interpretación por delante. La dirige una de las chicas del grupo con la mano en el pecho y en la tripa —Pensemos que tenemos un globo— les indica. Y va guiando con sus palabras y su propia respiración el ejercicio.
Con el cuerpo y la mente preparados para trabajar, escuchan lo que llevan elaborado de su canción. Alucinante, ya lo veréis. Y juntos se ponen a trabajar para seguir poniendo letra a su rap.
En seguida se les ocurre algunas frases y mientras un par de chavales van a grabarla, el resto del grupo sale del aula para seguir pensando más.
Y claro, pasa lo que pasa. Nos encontramos a chavales de 3º y 4º hablando con absoluta naturalidad de la homofobia, de xenofobia o de desigualdades. O más bien, ofreciendo soluciones para superarlas, porque hacen un esfuerzo grande por emplear un lenguaje en positivo, integrador e inclusivo, que les acerca a una realidad que existe y de la que no se les puede, ni debe, alejar. Así que hablan de libertad y de felicidad y de respecto a las diferencias como una manera de conquistarlas.
No olvidemos que además de debatir, de conocer y de encontrarse en un espacio más en el que se sienten queridos y respetados por lo que son y cómo lo son, están creando una canción. No os adelanto nada al respecto, solo que tienen una fuerza en su contenido y en su interpretación brutal. Ya la tendrán acabada. Pronto podremos disfrutarla. Igualmente intentarán que nuestros chicos puedan participar en el Festival Internacional de Cine de Cañada Real “16 Kilómetros”, lo conocéis, nos han hecho llegar información animándonos a participar. Una mañana de conciertos, de graffitis, de pintura, de skate... os mantendremos informados
Al año que viene repetimos, ¿no?
¡Hasta pronto!
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