Encantadora, sin duda, la graduación de nuestros no tan chiquitines de infantil.
Qué bonito es escuchar a un niño haciendo un recorrido por sus tres años de viaje en infantil. Hablan de conquistas, hablan de retos, pero creo que nunca en la vida se disfruta tanto de los logros conseguidos como en estos años, porque se celebra su consecución, pero también se experimenta por primera vez el triunfo obtenido y esa es una experiencia de las que acompañan siempre.
Ha sido una ceremonia muy emotiva, llena de regalos en forma de canciones y poemas de los peques a la audiencia. Obsequios en forma de palabras que nos trasladaron las profes y de agradecimientos hacia ellas que con su magia, su fuerza y su tesón han conseguido embarcar a nuestros estudiantes hacia la rampa de primaria con los depósitos cargados de muy buenas experiencias, mucho saber hacer, gran entusiasmo y curiosidad por esta nueva etapa y todo ello aderezado de mucha ternura, mucha profesionalidad y gran cariño.
Caras de gran alegría, muchos nervios, alguna lagrimilla pero esta es una ceremonia cargada de júbilo de grandes expectativas y como no puede ser de otra manera, celebrada por todo lo alto: Con charla, músicas y deliciosas viandas para todos los asistentes.
Si nuestras capitanas Margarita y Ana, se quedan con algo de congoja y nostalgia por ver partir a sus chicos y chicas, les recordamos que les queda el consuelo de los abrazos regalados que se encontrarán al curso que viene por los pasillos, porque estos astronautas tienen que partir a conquistar nuevos corazones, tienen muchas aventuras por protagonizar y nuevos universos que descubrir...
¡Hasta pronto campeones! ¡El futuro es vuestro!
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